martes, 23 de abril de 2019

Múltiplo






Es difícil vivir con la visión restringida. Los espejos nunca dejaron de rodearme. La multiplicidad tiene sentido cuando no soy el único que se puede repetir. No sé si me reflejo todo el tiempo desde todos los ángulos. Los espejos no se apagan. Me duelen los párpados. La quietud congela las imágenes pero no las borra. Soy el único que habla para nadie. Me siento solo. Los espejos me envejecen de golpe. Tengo cosas que decir. No recuerdo nada más que mis ojos abiertos. Los segundos apenas se quedan conmigo. La densidad del tiempo no me es suficiente para conservar imágenes. Todos los días digo lo mismo. Confío en que haya un día luego de éste día. Quiero creer en los días anteriores. Necesito una religión. Los espejos son asépticos. No duermo. Los espejos me obligan a conocerme. Tengo arrugas milimétricas. Tengo lunares. Tengo gestos. El cuerpo es una rutina. Mirarse es juzgarse. Detrás de los ojos tengo un escondite. No puedo dejar de mirarme. Detrás de los espejos tiene que haber alguien. Detrás de los espejos tiene que haber un espacio enorme donde todo sea opaco. Detrás de los espejos imagino cuerpos cayendo hacia el vacío. Tengo ojos en la nuca. La paranoia trabaja como una máquina. Soy un parásito dentro de mi cuerpo. Mi cuerpo está frío. Soy alimento de todo lo que reflejo. No espero nada que salga de mí.