"Hey, mama, when you leave
Don´t leave a thing behind
I don´t want nothing
I can´t use nothing."
-Townes Van Zandt
No tengo plata, no
pero pienso en vos y te invito
a unas vacaciones diferentes
en Detroit, la ciudad abandonada
para que juntos recreemos el sueño idílico
de los años cincuenta.
Podemos ocupar una casa
(de dos pisos incluso)
desalojar a las ratas del terreno
para desayunar en el fondo
mirando las nubes
y contando historias inventadas;
podemos inventar todo:
el nombre del barrio,
el nombre de las calles,
las vidas de aquellos que ocuparon
las esqueletos que fueron casas.
Podemos jugar a la escondida
y perdernos durante años
hasta cruzarnos en algún punto de los suburbios.
Habitemos Detroit como si fuera un lugar nuevo
como si cada escuela y hospital en ruinas
no fueran producto del abandono,
sino parte fundamental de algo superior.
Habitemos el silencio
que probablemente atraviese
a la neblina matinal.
Olvidate de mis fracasos
yo me olvido de tus exigencias;
olvidate de lo que dije
nunca supe frenar mi voz.
Salgamos, quiero mostrarte
los restos de una iglesia
que conserva su belleza.
Caminemos creyendo
que los problemas mueren
si vamos de la mano
derramando pasado
por el invierno de Detroit.
¿No te gustaría venir
a mis vacaciones alucinadas
al espacio apocalíptico
donde sería capaz
de salvar nuestro amor?