Vi a la muerte representada por un gato gris
de ojos amarillos que alimentaba mi abuela.
Mi abuela alimentaba la muerte todos los días.
La muerte creció y murieron todos los vecinos.
Los hijos de los vecinos quisieron matar a mi abuela.
Mi abuela lanzó una maldición contra todos los vecinos
muertos y contra los hijos vivos de los vecinos muertos.
Los hijos vivos y los vecinos padres muertos
pasaron a ser lo mismo. Mi abuela mandó una carta
a todos los cementerios de la ciudad. Los cementerios
no le respondieron y mi abuela lanzó un conjuro
para que los cementerios aprendieran a hablar.
Los cementerios enseñaron a hablar a sus muertos.
La ciudad se llenó de voces secas. Los hijos y los padres
muertos le hablaban por la noche a mi abuela.
Mi abuela no podía dormir por los susurros.
Los muertos se reían y mi abuela dejó de alimentarlos.
Los muertos se morían de hambre y mi abuela les dio
como ofrenda a un gato gris de ojos amarillos.
Los hijos de los vecinos quisieron matar a mi abuela.
Mi abuela lanzó una maldición contra todos los vecinos
muertos y contra los hijos vivos de los vecinos muertos.
Los hijos vivos y los vecinos padres muertos
pasaron a ser lo mismo. Mi abuela mandó una carta
a todos los cementerios de la ciudad. Los cementerios
no le respondieron y mi abuela lanzó un conjuro
para que los cementerios aprendieran a hablar.
Los cementerios enseñaron a hablar a sus muertos.
La ciudad se llenó de voces secas. Los hijos y los padres
muertos le hablaban por la noche a mi abuela.
Mi abuela no podía dormir por los susurros.
Los muertos se reían y mi abuela dejó de alimentarlos.
Los muertos se morían de hambre y mi abuela les dio
como ofrenda a un gato gris de ojos amarillos.